Ahora que no hay nada que impida que algo nos una, como mucho la psicologia inversa del olvido, debo decirte que colgado en tu cesta conocí al espiritu y no al diablo, pero tampoco quise ir a buscarle. Los celos a veces me hacian ver las estrellas, las de medio y las que duelen.
Los erizos solo pinchan si les coges fuerte, asi fue cómo solté mi mano, y aun está creando la costra.
lunes, 22 de febrero de 2010
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