No hallé el motivo para crear el silencio que separó en dos el ruido del hierro que rechinaba en mi cabeza. Donde todo el bronce no es más que cuatro montoncitos que utilizo para poner la ceniza de los cinco cigarrillos que se esfumaron mi sexto día. Al séptimo tuve la sensación de poseer la paz que me inspiraba el ocho tumbado. Aunque de nuevo susurre un silencio, para borrar este decálogo y empezar de cero.
lunes, 18 de octubre de 2010
domingo, 22 de agosto de 2010
jueves, 29 de julio de 2010
viernes, 16 de julio de 2010
jueves, 15 de julio de 2010
martes, 13 de julio de 2010
miércoles, 7 de julio de 2010
martes, 25 de mayo de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
1
Caras de sueño, legañas. Chicas sin maquillar y mujeres retocandose; obreros y universitarios, que con morriña se resignaban a madrugar para hacer en tren la hora de viaje que les separaba de Barcelona.
Y de repente el ruido y el aroma peculiar de esta ciudad. Una mezcla de arrebatamiento y mal humor; ella misma es su himno, sin necesidad de un Sinatra o un Brassai que la retrate, aunque tambien los tenga. Barcelona orgullosa se acuesta con escote y falda corta, para levantarse con la corbata de un oficinista y el delantal de un carnicero, es inacabable y acotada; aunque esta solo es la vision de un estrangero.
martes, 16 de marzo de 2010
Un minuto para viajar
Si apagara por un minuto la música, se que oiría el grito de mil ciudades, el llanto de cien pájaros, se clavarían en mi espalda los tristes ojos de un puñado de estrellas, la sonrisa de dos soles; vería escenas de dos rombos entre la tierra y una media luna, oiría respirar al suelo, sacando su nariz de entre la película de asfalto que tanto la incomoda: escupe baldosa a baldosa para gritar a pleno pulmón tu condición de paz, de silencio turbador y placentero, perturbable fácilmente, pero perdurable si nos comportamos como hijos de lo que somos, un hipopótamo, un elefante, una gacela, tu, mi uña del pie derecha... Sí, entré en el silencio; fui un milenio, fui un instante, fui una piedra y un diamante, y un árbol y viento... El problema es que volví a tener dos orejas y dos brazos: encendí de nuevo la música.
lunes, 22 de febrero de 2010
Erizo
Los erizos solo pinchan si les coges fuerte, asi fue cómo solté mi mano, y aun está creando la costra.
Vectores
"Accidente en autopista hacia el infierno"
ponia en mi autopsia, se que querias verme sufrir
y lo hice, bebiendo a tus espaldas.
Si el humano es racional, dame una explicacion
sino deja mi corazon sangrar, y no me llames inmaduro
de abogado del diablo a verdugo había un vaso,
y se vertió, siempre temí dar ese paso.
Del primer amor, a los demás cien polvos
de los puntos de sutura a los escombros;
en la sala de espera, deje que el tiempo me curase
y fue vanal, pero al menos vuelvo a odiarte
Cuando acabe las mias, morderé tus uñas.
jueves, 18 de febrero de 2010
Caiman.
abrigo de lagrimones, para secarme del frio.
Remolino en mi vacío, por si alcanzo el climax,
por si absurdo pierdo días y me chutas de tu cama...
Aaay cuantas mañanas con dolor de cabeza,
"por si me lían", dile a esas tías si no me encuentran.
... Y que pasaría?
perdidos en memoria en horas lejos de la tuya.
Hojalata y ambiciones, perderse por ser otro,
vivirse uno dentro, y arrancarse de cuajo.
De abril a marzo, alineando renglones,
colecciono sabores, paisajes y fracasos...
Elogios en el fondo, bebiendo este vaso,
jamas quieras mis noches largas, en las que canto.
Tus hermanos no cuentan, en mi cumbre solo,
calado por la lluvia y despejado por el calo.
En mi cielo no hay zagalas, ni ciegos en mercedes,
aun desnudo entre fuego a merced de mis temores.
Rehen de mis creencias, con química y tambores,
y me siento, cansado y triste me levanto.
Mi bandera roja, antes fue una benda;
una libreta malherida, y una rodilla tachada.
Meé en tu fachada y olvidé la moraleja,
que mejor hacha afilada a palabras que condenan.
Mira mis lentes... viene Mahoma,
con una magunm en el sofá, detras de la puerta.
Creo en leyendas, no en heroes,
comen de la hierba del camino, que les pisé!
Aquí se peca de duro y se duerme humilde,
vovler al viejo rol aunque sea a por refranes...
jóvenes, con mucho rock'n'roll,
tardes, barrizales, secados al sol.
miércoles, 20 de enero de 2010
I.
Cuando por fin nos detuvimos, no sabía ya si era yo el acompañante o el acompañado; que sarta de mentidas habían sido mis vehementes pasos! Como si no tuviera yo dilemas… Si al menos hubiera sabido dónde nos dirigíamos, podría haber justificado mi marcha. Pero no fue así, me encontré delante del profundo lago de la aldea, una charca realmente grande para tan pequeño villorrio, profundo y negro como el más siniestro de los pozos, como el pelo escondido bajo el yelmo de mi bonita acompañante, azabache; aun agitado y febril como me encontraba tuve el antojo de acariciárselos, hacerlos correr entre cada uno de mis cinco dedos, la coraza lo impidió. Nunca me había sido especialmente simpático ese estanque, ya de niño, durante los calurosos días de verano, prefería ir a remojarme al río que a ese maldito charco, alumbrado pero tenebroso, concurrido pero nada atrayente.
Cómo los vasos de whisky en el bar no ayudaban a recordar quién de los dos había decidido establecer ese destino, pregunte algo inseguro: - Oye, con la de sitios que hay…Debías llevarme a este? Es invierno y hace frío, hay humedad.
- Lo sé, pero aquí nadie nos molestará… - Soltó en un hilo de voz atrayente.
Al oír esas dulces palabras, mandé a la porra mis manías sobre gargantas de lobo en forma de pozo, o esas decisiones que llevaban algunos días bailando en mi cabeza… La cogí por la cintura y me dispuse a besarla.
